Acompañar, tutorizar… acercar a las personas a sus objetivos y aportarles herramientas, soluciones, felicidad… esa es una de mis mayores satisfacciones en mi trabajo como coach y formador.
Coaching y Formación son dos conceptos fértiles y maleables que acogen una multitud de matices profesionales tan variada como excitante y que creo que aportan riqueza y organicidad a la profesión.
El Coach es la persona que se sitúa al lado de las personas con las que trabaja, y que facilita su evolución desde la empatía y la cercanía, que forma de acuerdo al aquí-ahora. El Coach escucha, observa y adapta su actuación a las capacidades de las personas.
Yo me he hecho coach de desarrollo de habilidades relacionadas con la comunicación, el bienestar y el logro de objetivos tanto personales como profesionales. Varios años trabajando en la formación me han hecho cuestionarme y mejorar siempre la forma de facilitar el aprendizaje, y formarme para ello en Educación Creativa y en procesos de crecimiento a través de Coaching.
Mi toma de contacto con el Coaching se dio trabajando con personas que están buscando un cambio o una mejora profesional, y sienten que hay aspectos profesionales que les pueden aportar más equilibrio, más recursos y más tranquilidad. Reinventarnos profesionalmente es uno de los retos que afrontamos en la actualidad.
En mi actividad como coach tomo como base las necesidades, intereses y objetivos de las personas con las que trabajo aplicando técnicas de creatividad, life coaching, executive coaching, mayéutica, coaching sistémico, inteligencias múltiples, lingüística, PNL, marketing, artes escénicas…
Me gusta decir que el Coaching, en cualquiera de sus formatos, te ayuda a sacar la mejor versión de ti mism@.